martes, 27 de noviembre de 2007

De Apóstoles y Pastores

La recurrente pregunta de si hay apóstoles en nuestro tiempo sirve para traer a memoria el tema de la autoridad delegada. La necesidad de la autoridad delegada es obvia en las Escrituras. ¿Son necesarios los pastores en una iglesia? ¿Lo serán también los apóstoles hoy en día? Al respecto hay mucho qué decir y qué aclarar en este espacio. No queremos tanto debatir, aunque creemos que será algo casi imposible de evitar.

1. Pastores
Señalado como uno de los cinco ministerios de Efesios 4, el pastor es necesario para guiar y apacentar, para proteger y para reunir a las ovejas. No así para llevar un control jerárquico o una competencia eclesiástica. Es un guardián de la sana doctrina y del sano crecimiento de la congregación, y constituye un don de Cristo para nutrir y equipar a su iglesia.

2. Apóstoles
Su nombre significa enviado. La Ecritura claramente hace notar más de doce apóstoles. Pablo es uno de los tantos apóstoles enviados por el Espíritu (Hechos de los Apóstoles 13:2) después de los que Cristo había llamado.
Según 1 Corintios 9:1, hay tres rasgos característicos en este ministerio 1) Haber visto al Señor Jesucristo resucitado, 2) tener el respaldo de señales y prodigios, y 3) establecer iglesias como sello de su apostolado. No son requisitos para ser apóstol, sino características inherentes del que ha sido escogido por Dios.

Al respecto habrá mucho que discutir. Tan solo quiero hacer énfasis en una de las tareas más importantes de los apóstoles de hoy en día, la de guardar la sana doctrina ejercitando en ella a evangelistas, pastores y maestros. La sana doctrina que está ya completa en las Escrituras requiere de vehículos bien entrenados para guardarla fielmente y esto no sería posible sin practicar un principio eterno, el principio de la autoridad.

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